25.2.11

Esclavos del destino

La codicia ha contaminado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de envidia, de rencor, nos ha llevado a la miseria y a la matanza. Hemos crecido demasiado deprisa, y ¿de qué ha servido?, la tecnología que proporciona abundancia nos ha dejado en la indigencia, nuestra ciencia nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia duros y vacios, hemos empezado a pensar pero hemos dejado de sentir, nos hemos convertido, en esclavos del destino.


Ahora mi voz está llegando a miles de seres del todo el mundo, a hombres, mujeres y niños desesperados, víctimas de un sistema que oprime a los inocentes... Aquellos que puedan oírme, les digo que no desesperen. Nuestra desgracia es consecuencia de la pasajera avaricia y la amargura de los hombres que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará, y los gobernantes morirán, y el poder que quitaron al pueblo volverá, al pueblo. Soldados no dejéis que el futuro os esclavice, luchad, luchad por la libertad.